29 de octubre de 2011
La sabiduría popular
Policromía en la pared de tu casa (virtual)
25 de octubre de 2011
Revelaciones en el ascensor
A Nicolas Winding Refn le gustan los ascensores y sus posteriores
ataques de violencia. Hace años, en un primer y ya lejano visionado,
recuerdo haber aborrecido la lynchiana Fear X (2003). No ocurre a menudo
pero es maravilloso poder cambiar radicalmente de opinión y dejarse levar por el extraño viaje de un obsesionado John Turturro.
Otro ascensor, bonito encuentro y posterior estallido de violencia.
Nicolas Winding Refn se consolida con Drive (2011), fascinante vehículo
protagonizado por un Ryan Gosling que podría congeniar con el Turturro
de Fear X. No hay tantas persecuciones como un servidor hubiera deseado,
pero sólo por esa primera secuencia ya me quito el sombrero ante el
mejor director del pasado Cannes. Le perdono hasta el palillo en la boca
que luce Gosling. Todavía no he visto Bronson (2008) ni he completado
la trilogía Pusher, así que me quedan varias oportunidades para escribir
sin equivocarme el doble apellido de Nicolas.
22 de octubre de 2011
Transparencias en el museo
El año en que este humilde narrador nacía, se proyectaba en todo el mundo la deslumbrante escena del museo. Angie Dickinson en su esplendida madurez. Pinno Donaggio y De Palma cogidos de la mano en plena conexión. Transparencias en pantalla dividida sin un solo diálogo. La gloria se alcanzaba en un breve trayecto. Del museo al ascensor.
Vestida para matar (Brian de Palma, 1980).
21 de octubre de 2011
Resumiendo la situación
Las chicas de Quentin
En Reservoir Dogs (1992) sólo aparecía una mujer y era para pegarle un tiro al Sr.Naranja. Inquietante interpretación. Exceptuando a la pasiva Fabienne, en Pulp Fiction (1994) las chicas guerreras (Honey Bunny y Mia Wallace) ya empezaban a pedir protagonismo. En Jackie Brown (1997), el crédito principal ya era para la reina del exploitation Pam Grier. Desde entonces, los personajes femeninos siempre han protagonizado las obras de Tarantino. De hecho, cortaría de buen grado a los malditos bastardos para darle más minutos a la vengadora Shoshanna. Mientras tanto, el virtuoso lustrador Rhys Cooper nos regala una buena serie de féminas combativas y peligrosas creadas por el colgado de Knoxville.
19 de octubre de 2011
La chica con la jeringuilla en el pecho (sin bidón de gasolina)
La chica de Montmartre estaba ocupada. La novia de Tyler no me ha cogido el teléfono. Pero Mia Wallace se ha metido otra sobredosis afectada por la mala noticia: la imprescindible Poster Shizzle cierra. Unos segundos de silencio. Sigamos. Pero la suma de cine y trazo nos deja otras opciones. De momento nos queda Reelizer con su sencillo y ordenado diseño de página. Dibujar lo que has visto en una película, uno de los primeros recursos de infancia. Y la cosa sigue. Y esto no se para.
Movida en el puticlub
En la secuela de Taxi Driver (1976), Travis viaja a
Barcelona para seguir con su proyecto. Empieza en Las Ramblas, pasea por la
calle Petrixol y se pierde varias noches por El Raval. La cantidad de material
rodado hace que los productores decidan convertir el proyecto en una trilogía.
La versión 3D abarca una redada en algunos pisos de asiáticas. Algunos de mis ex-compañeros de clase participan como figurantes. Experiencia no les falta.
18 de octubre de 2011
El semáforo moral
“Un tipo trabaja 8 horas al día, 7 días a la semana. Se le hinchan las pelotas y empieza a dudar de la naturaleza de su existencia. Un día, a punto de salir su jefe le llama y le dice: “Bob, ven aquí y lámeme el culo”. Y él dice: “Al carajo. Me da igual lo que pase. Quiero ver la cara que pone cuando le clave las tijeras en el brazo”. Entonces piensa en mí. Dice: “Un momento. Tengo dos piernas y dos brazos. Y al menos no pido limosna”. Seguro que Bob deja las tijeras y saca la lengua. Yo soy una especie de semáforo moral. Es como si dijera: “Luz roja, no sigas”.
Tom Waits en El Rey Pescador (Terry Gilliam, 1991).
Robert Aldrich nunca viajó en metro
Deja de soplarme la nuca y no te
vuelvas a colar detrás de mí o te enviaré al Ernest Borgine de El
Emperador del Norte (Robert Aldrich, 1973). Mensaje igualmente
válido para los Radio Raheems de la esquina del vagón. El
transporte público nos regala cada día varios motivos para terminar
en prisión. Buscaré un buen abogado.
10 de octubre de 2011
El fin del mundo no se grabará en 35 mm
El escritor y guionista Joan Ripollès inicia su andadura radiofónica en Radio Castellar (90.1 FM) con La Cançó de la Fi del Món, un programa cultural que, potencialmente, podría conducirnos al fin del mundo. Un verdadero placer ser el primer entrevistado de este proyecto de Zeta Acción Cultural. El principal tema de nuestra charla: cómo conseguir rodar una película sin dinero y sin morir en el intento. Todo ello y algo más en 30 minutos disponibles para descargar desde ya.
*Todos los Jueves a las 22:00h: La Cançó de la Fi del Món - Radio Castellar (90.1 FM).
7 de octubre de 2011
La bossa nova de Scorsese
En la opera prima de Scorsese, Harvey Keitel rebusca entre los discos
de Who’s that knocking my door (1967) y
encuentra algunas joyas. En primer término encontramos el Getz/Gilberto (1964), mítico y ultra vendido disco de Stan Getz, Joâo Gilberto y Antonio Carlos Jobim. Aunque la
verdadera revelación de ese disco fue la improvisación de la mujer de Joâo en
la sala de grabación. La canción: The
Girl from Ipanema. La voz: Astrud Gilberto. Imagino un día en que,
olvidado ya este texto, una película me mostrará uno de los mejores discos de la
bossa nova. Su título: Jazz Samba (1962) de Stan Getz y Charlie
Byrd. La portada, al igual que el Getz/Gilberto,
irá firmada por la pintora Olga Albizu y me hará conducir la mirada hacia ese
cromatismo abstracto de bondades anaranjadas. Mientras llega ese encuentro,
tarareo E Luxo So con disimulo y algo
de nostalgia.
3 de octubre de 2011
Nadie ayuda a nadie
Welles acordándose de la madre de Spielberg |
“En su última época, el gran proyecto de Orson Welles era hacer King Lear. Está en Francia, Jack Lang le manda llamar, le promete una serie de cosas, Welles se lo cree, se pone a trabajar como un loco…y no llega ni un duro de Jack Lang, así que se traga el sapo y se va a Estados Unidos para hacer unos anuncios. Pero aún le queda otro sapo, todavía más gordo. Le llama Spielberg y le invita a cenar. Durante toda la cena, Spielberg no deja de decirle que está emocionadísimo, que le tiemblan las manos por estar en presencia de un genio, y se le pone en plan cinéfilo: que si tal plano en tal película, que si aquella secuencia maravillosa…Welles le dice que muy bien, que encantado, pero a ver si le podría pasar algo de pasta para hacer King Lear. Cómo no, maestro. Spielberg le promete una llamada inmediata. Welles se queda en Los Angeles, una semana, dos semanas, esperando una llamada que nunca llega. Hasta que palma. Tiempo después hay una subasta y Spielberg paga cien mil dólares por el trineo de Ciudadano Kane. Ya sabes lo mucho que yo adoro a Spielberg, pero si me cuentan esa historia y lo tengo delante le rompo los huevos”.
Lo cuenta Álex de la Iglesia en La bestia anda suelta (Ed. Glénat, 1997).
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