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11 de agosto de 2015

Deslumbrado en Verano

El gran Lluís Bargalló me confirma que las personas con más talento son también las más amables y generosas. Aquella tarde, Bargalló me habla de su participación actoral en Muchachas de Bagdad (1952) y de cómo Paulette Goddard le tiró los trastos en Barcelona. También me explica que nunca pudo firmar sus cajas de Scalextric porque los señores de Exin temían que la competencia se lo llevase. Lo que nos condujo a una reflexión sobre la idiosincrasia española y la falta de educación y sensibilidad que reinan en demasiados despachos. Compartimos algunos dardos para los críticos de arte esnobs, seguida de una máxima de Bargalló que guardo en el lóbulo occipital y un acojonante y delicado regalo que nunca reproduciré online. Llego tarde para incluir su cameo en Difuminado (2014), que perfectamente podría estar junto a Beà y Monés, pero no llego tarde para agradecerle a él y su mujer Mª Rosa su amabilidad y predisposición. Hoy once de agosto de dos mil quince, le mando un fuerte abrazo al maestro Bargalló, el responsable de deslumbrar a varias generaciones que crecieron mirando los autos de una caja de cartón mientras aprendían a desarrollar una serie de fantasías no resueltas. Que ya sabes que esas siempre son las mejores.

9 de abril de 2015

To Bytes To Furious

Aquel mismo texto sobre Scalextric se podrá aplicar a las portadas de aquellos videojuegos a los que nunca jugaste, pero cuyas deslumbrantes cubiertas llenas de coches en movimiento te hacían detenerte en ese aparador. Y si en aquella juguetería llegabas a visualizar de un tirón los trazos de Lluís Bargalló, las preciosidades de Burago, y las miniaturas de Majorette, entonces ni siquiera hacía falta llegar a consumar el acto de posesión. La emoción era una suma de ilusión, anhelo y fascinación que llenaba tu corazón durante días, semanas, y en algunos casos, durante meses. Como si todas aquellas líneas corrieran por tus venas, como si ante una hipotética autopsia, el forense se topara con todos esos trazos dentro de ti. Creo recordar que en otros sectores a eso se le llama amor.

11 de diciembre de 2014

Deslumbrado en Navidad

El primer gran impacto de infancia serán las carátulas de James Bond que observaré en un lugar llamado videoclub, aunque el impacto definitivo llegará con las cajas de Scalextric ilustradas por el gran Lluís Bargalló. El circuito real nunca estará a la altura del deslumbrante exterior trazado por Bargalló pero, parafraseando al Will More de Arrebato (1979), ¿Cuánto tiempo te podías pasar mirando aquellos coches y sus infinitas aventuras? Años, siglos, toda una mañana, imposible saberlo. Estabas en plena fuga, en éxtasis, colgado en plena pausa, arrebatado.