A Nicolas Winding Refn le gustan los ascensores y sus posteriores
ataques de violencia. Hace años, en un primer y ya lejano visionado,
recuerdo haber aborrecido la lynchiana Fear X (2003). No ocurre a menudo
pero es maravilloso poder cambiar radicalmente de opinión y dejarse levar por el extraño viaje de un obsesionado John Turturro.
Otro ascensor, bonito encuentro y posterior estallido de violencia.
Nicolas Winding Refn se consolida con Drive (2011), fascinante vehículo
protagonizado por un Ryan Gosling que podría congeniar con el Turturro
de Fear X. No hay tantas persecuciones como un servidor hubiera deseado,
pero sólo por esa primera secuencia ya me quito el sombrero ante el
mejor director del pasado Cannes. Le perdono hasta el palillo en la boca
que luce Gosling. Todavía no he visto Bronson (2008) ni he completado
la trilogía Pusher, así que me quedan varias oportunidades para escribir
sin equivocarme el doble apellido de Nicolas.