27 de julio de 2009

“Star Crash” a 4 voces (Trash entre amigos 2)

Volvió a ocurrir el sábado 25 de julio. Cine Casablanca (Barcelona). Las voces: Rubén Lardín, Nacho Vigalondo, Sr.Ausente y Raúl Minchinela. La película: Star Crash (1979). Momentos: Todos los instantes del robot Falete-chovinista-Pagafantas. El clon de David Bisbal despertando un sin fin de gritos de un público completamente entregado. Y finalmente, la esperadísima aparición de un David Hasselhoff que hizo poner en pie a todos los presentes. A destacar la presencia en la sala de Javier Ruiz Caldera, director de la futura Spanish Movie (2009), y de ese divertidísimo corto sobre traumas infantiles llamado Treitum (2000).
Web Oficial Trash entre amigos

25 de julio de 2009

La hija de Ingrid y Roberto (y ese colgado despeinado)

Aunque sólo rodaron dos películas juntos (Blue Velvet, Corazón Salvaje) la pareja Lynch-Rossellini despertaba un potente magnetismo que construía cine y creaba morbo. El adjetivo lynchiano nos hacía pensar en la Isabella de ese terciopelo azul. Y aunque su Perdita Durango no fuera más que una Frida Kahlo con buenas intenciones, no hacía falta que estuviera filmada por Lynch para ser una chica Lynch. Era Lynchiana de pies a cabeza. En una película o en anuncio de cosméticos. Todo lo contrario que Laura Dern. La rubia actriz también participó en ambos films e incluso ha protagonizado el último trabajo de director: la inabarcable Inland Empire (2006) Así que con tres films en su filmografía la deberíamos considerar musa de Lynch. Pero no es el caso.

Laura Dern no despierta el misterio necesario. En aquel terciopelo era la chica bien que se ruborizaba por los descubrimientos de su novio. Pero tanto su novio como el espectador nos inclinamos por la inestable Rossellini. En aquel corazón salvaje ocurre algo parecido. Laura Dern vuelve a ser una chica bien, bastante insoportable en general, cuyo novio (Sailor) se verá envuelto en oscuras tramas. Isabella aparecerá brevemente en su camino, despertando no sólo más interés que la chica bien, si no dando a entender un pasado romance con el propio Sailor. La protagonista de Jurassic Park (1993) queda encasillada como reverso blanco en un mundo de continuos claroscuros. Necesario reverso blanco pero siempre blanco y aburrido, siempre a la espera de que esa oscuridad se cruce en su camino. Eso sí, hay que alabar el trabajo de Dern en su sufrido papel de Inland Empire.

Desvirgado por Tarkovsky

Stalker (1979) ha sido mi primer Tarkovsky. Sigo conmocionado. No he entendido ni la mitad, pero he sentido casi todo el metraje. Debo documentarme y leer a los que realmente saben. Espero que ellos me ayuden, tengo fe. Ahora mismo sólo puedo acercarme a la superficie. Planos secuencia con precisos travellings rodados a la perfección. Encuadres pictóricos en la mayoría de escenas. Sonido envolvente y acojonantes decorados para cada nuevo nivel. Una misteriosa zona despierta los deseos de una humanidad gris y sepia. Un Stalker conoce la forma de acceder. Dos tipos le acompañan en el viaje. Poco más puedo contar del argumento. Durante el visionado, una continua pregunta asoma a cada escena: ¿Cómo ha conseguido rodar ese plano?, ¿Y ese otro?. Al igual que en la Zona, todo es cuestión de fe.

20 de julio de 2009

Camiones en el cine (casi un poema)

Un camión impone respeto. En el cine y en la vida. Desde niño ya lo aprendes. Esté pilotado por el diablo o por un colgado, un camión impone respeto y hay que respetarlo como tal. Te puede amargar el camino como en El diablo sobre ruedas (1971), o puede juntarse con otros camiones colegas y joderte vivo como en Maximum Overdrive (1986). Por cierto, que buena idea la de personificar el camión jefe con el rostro de El Duende Verde. A lo que iba. Un camión impone respeto No olvides que puede pisarte cuando le venga en gana, esté pilotado por un Terminator o por el Mel Gibson del segundo Mad Max. Por todo esto y por otras cosas que he olvidado, un camión impone respeto. Y lo que no se puede hacer nunca, pero nunca, es mostrar a un camión como un burdo payaso para mayor gloria de James Bond. Un camión impone respeto y nunca hará piruetas a dos ruedas y mucho menos elevará su cabina como un caballo rechinando. La Licencia para matar (1989) de John Glen tiene a Robert Davi como villano y es todo un acierto. Pero lo de mancillar el honor de un camión no tiene perdón. Recordad, amigos cineastas, un camión impone respeto.

15 de julio de 2009

David Carradine y la serpiente voladora (Q para los amigos)


Es un placer recuperar a Carradine en su hábitat natural, una serie B con bicho volador, pánico en las calles y algo de gore. Me hubiera encantado ver La serpiente voladora (1982) de niño, un sábado por la tarde, merendando nocilla, en una doble sesión con Furia de Titanes (1981) o cualquier aventura mitológica con criaturas de Harryhausen. Aunque este visionado, ya un poco alejado de la infancia, me ha proporcionado una sensación que creía perdida. No está mal para empezar. Seguiremos con Larry Cohen a ver que ocurre. Voy a comprar nocilla.

10 de julio de 2009

El tercer dogma se llamaba Mifune

La panda del Dogma’95 puede despertar bastante rabia, impotencia y desprecio. Y me encantaría cagarme en sus muertos y soltar que su manifiesto es una gilipollez y un esnobismo. Lo sea o no, debo reconocer que sus dos primeros dogmas, Celebración (1998) y Los Idiotas (1998) me atrapan como a un gilipollas y entro en ambos films sin poderme defender.

Renuncio pues, a juzgar previamente cualquier obra, por mucha irritación que pueda provocarme su colectivo. Y llego al tercer dogma. Y (afortunadamente) más de lo mismo. Me gustaría soltar algo innovador y profundo sobre el film de Søren Kragh-Jacobsen, ahí va: me ha encantado Mifune (1999). Malditos daneses.

7 de julio de 2009

Algo sobre Wim Wenders (y los maestros del horror)

No tengo clara mi postura hacia el cine de Wim Wenders. Me faltan muchos títulos pero estoy algo desilusionado. París,Texas (1984) me fascinó en su época, por su música, por su tono y sobretodo por el trío protagonista. Pero tengo miedo a que un segundo visionado lo destruya todo. Veremos. Con El amigo Americano (1977) me ocurre exactamente igual. Bruno Ganz y Dennis Hopper salvan una narración desigual que agota por momentos. Pero la escena del metro y la increíble banda sonora me hacen tener el film en buena consideración. Aunque posiblemente no lo merezca. El experimento Relámpago sobre el agua (1980), en el que Wenders filma a un moribundo Nicholas Ray, tendrá mucho interés para los morbosos que disfrutan con la decadencia de un cineasta, pero a mi no me hace ni puta gracia. Por mucho homenaje que se pretenda, incluso aunque sea una petición del propio anciano. No he podido ver Cielo sobre Berlín (1987) porque algún cabrón hijo de mala madre ha rayado el DVD y lo ha devuelto a la biblioteca sin decir nada. Estoy pendiente pues, de descubrir una obra que se presenta interesante, sobretodo para los que vomitamos con City of Angels (1998).

Finalmente mi contacto con Wenders culmina con dos títulos que hubiera preferido ahorrarme: Hasta el fin del mundo (1991), cuyo argumento he olvidado pero que recuerdo con brutal aburrimiento y sobretodo, y por encima de todo, esa cosa llamada The Million Dollar Hotel (2000), co-escrita por Bono de U2. Sin comentarios. Llegado a este punto, miedo tengo al cine de Wenders, aunque una extraña esperanza interna me dice que el esquema de sus films reza: dos horas de aburrimiento y 20 minutos geniales. Dilema de espectador. Aguantar o no aguantar. Depende del momento. Lo más interesante de Wenders es que, teniendo en cuenta su cine, no parece caer mal, incluso por sus textos y declaraciones se presenta como un tipo afable. Como aquel timador que sabe que tarde o temprano será descubierto. Pues lo mismo. Y por eso mismo nos quedamos con dos fotos que el propio Wenders cuelga en su web. Una campechana comida con los maestros del Horror.

Foto 1: John Landis, Guillermo del Toro, Tobe Hooper y Wim Wenders.
Foto 2: Wenders, Michael Mann y Landis (en segundo plano encontramos a Juanma Bajo Ulloa).

6 de julio de 2009

Colección de cromos “Super Stars” (2)


Atención a Días Rebeldes (1986), ese anticipo de Dirty Dancing (pero con gimnastas) que arrasó los videoclubs de finales de los 80'.

Colección de cromos “Super Stars” (1)


“¿Cuanto tiempo te podías pasar mirando este cromo? Años, siglos, toda una mañana, imposible saberlo.
Estabas en plena fuga, en éxtasis, colgado en plena pausa, arrebatado.”

Will More (Arrebato,1979)

No suelo ver una película por su actor pero…(2)

Aunque me avergüenzo de no conocer su premiado Shine (1996) me encanta seguir encontrándome a Geoffrey Rush en cualquier escena de...

Shakespeare in Love (1998), Quills (2000), Frida (2002), Piratas del Caribe (2003), Llámame Peter (2004), Munich (2005)

Esté doblado por Mario Gas o en su VO, el Sr.Rush está especialmente fantástico como Marques de Sade, o como Trotsky y sobretodo, y por encima de todo, clonando a Peter Sellers.

3 de julio de 2009

No suelo ver una película por su actor pero…(1)

Me gusta tropezarme con Stellan Skarsgård, ese actor sueco al que descubrimos en un dramón de Lars Von Trier y al que ahora ya nos hemos acostumbrado a ver en cualquier blockbuster americano. Stellan Skarsgård, ese actor que, sea protagonista o secundario, siempre acaba robando planos en…

Rompiendo las olas (1996), El indomable Will Hunting (1997), Bailar en la oscuridad (2000), Dogville (2003), El rey Arturo (2004)...y muchas películas que todavía no he visto.

…e incluso rodando dos versiones de un mismo proyecto, primero con Paul Schrader Dominion: La precuela del Exorcista (2005), y poco después con Renny Harlin El Exorcista: El Comienzo (2004). Tierra de Cinéfagos nos cuenta la duplicada historia de ambos exorcismos.