
Laura Dern no despierta el misterio necesario. En aquel terciopelo era la chica bien que se ruborizaba por los descubrimientos de su novio. Pero tanto su novio como el espectador nos inclinamos por la inestable Rossellini. En aquel corazón salvaje ocurre algo parecido. Laura Dern vuelve a ser una chica bien, bastante insoportable en general, cuyo novio (Sailor) se verá envuelto en oscuras tramas. Isabella aparecerá brevemente en su camino, despertando no sólo más interés que la chica bien, si no dando a entender un pasado romance con el propio Sailor. La protagonista de Jurassic Park (1993) queda encasillada como reverso blanco en un mundo de continuos claroscuros. Necesario reverso blanco pero siempre blanco y aburrido, siempre a la espera de que esa oscuridad se cruce en su camino. Eso sí, hay que alabar el trabajo de Dern en su sufrido papel de Inland Empire.