Tras Locos al volante (1976) y Persecución sin límite (1987), la trilogía (automovilística) de mi infancia se cerraba con Car Crash (1980). El todo terreno Antonio Margheriti filmaba unas tres películas al año, versiones de los éxitos yankies como esquema básico y el videoclub como templo final de su obra. Seguro que alguna de esas versiones llegó vuestro vídeo y es que la mayoría de títulos llegaban firmados con su pseudónimo americano: Anthony M. Dawson. Car Crash era puro delirio. Un piloto de carreras y su mecánico son extorsionados por la mafia. Ana Obregón se cruza en su camino. Persecuciones varias y maquetas cutres en el clímax de la muerte. Eso sí, el Pontiac Firebird Trans Am molaba lo suyo. Vale la pena visitar la web de Antonio Margheriti y comprobar como algunos de sus films se colaron en nuestras casas.