Storytelling (Todd Solondz, 2001).
29 de abril de 2013
26 de abril de 2013
Juntar cuatro palitos
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| Foto: Carandiru (2003), magnifica cinta que se gana un puesto en el siempre inestable Ranking Carcelario. |
“Soy muy radical, muy severo con la prensa. La prensa nunca me dio tregua. Siempre me pegan en los tobillos, nadie viene a la pelota. Cuando haces algo que funciona, te reverencian. Cuando haces algo que no corresponde a lo que ellos (los periodistas) quieren ver, no te reverencian. ¡Déjennos trabajar tranquilos! Soy modestamente un director de cine, que de vez en cuando junta cuatro palitos, un poco de luces, tres o cuatro locos, un crédito y hace una película. ¿Discurso político? Ninguno. ¿Hace falta? No le debo nada a nadie. Cuando Marcel Duchamp expone un inodoro en 1920 y cuando Picasso rompe una imagen realista y la despedaza, ¿es poco ese gesto? Más político que eso, imposible. Lo político está en el gesto del artista. La política hay que dejársela a los políticos. Yo no estoy a favor ni de la izquierda ni de la derecha. Estoy a favor de que todos tengamos los mismos derechos y podamos vivir en un mundo que incluya la tolerancia y el respeto".
Héctor Babenco: el argentino renegado.
24 de abril de 2013
Las paredes hablan
Aquello que cuelga de tus paredes te definirá durante unos años, después quizá utilices camisetas para explicarle al mundo tus gustos y luego quizá tu mirada, tus conversaciones y tus actos basten para retratarte sin trazos ni envoltorios. O quizá te abras un blog y des la brasa al personal con cosas como El Pico (Eloy de la Iglesia, 1983).
19 de abril de 2013
A hole in my heart
Si la propia película ya te deja un mal sabor de boca importante, el saber que el niño protagonista (Fernando Ramos Da Silva) fue asesinado a los 19 años por unos policías corruptos hace que la cinta de Héctor Babenco quede retenida temporalmente en el pódium del mal rollo fílmico y de paso se una al grupo de chavales-delincuentes formado por La virgen de los Sicarios (1999) y Ciudad de Dios (2002). Al parecer Spike Lee y Harmony Korine la citan como una de sus películas favoritas. Sí, el Pixote (1981) de la cinta podría quedar con el chaval de Gummo (1997) para hablar de sus cosas. A su lado el Antoine Doinel de Truffaut es un pijo.
15 de abril de 2013
Light of my life
Antes de que Gaspar Noé nos deslumbrará con los encuentros fluorescentes de Enter the Void (2009), un grupo de adolescentes quedaban alucinados con aquella historia de demonios violadores que pululaban por un instituto. Se trazaron horarios estratégicos en los comedores familiares para esquivar a las madres, se visionó a trozos, se visionó a escondidas, se compartieron los detalles y se convirtió en una bala retenida en la cabeza antes de que los años tristes empezaran. Después las hormonas se ordenaron, los empleos se perdieron y las imágenes se olvidaron. Hasta el siguiente fogonazo.
Urotsukidôji: La leyenda del señor del mal (1989).
10 de abril de 2013
De obsesiones y artefactos rotos
Entras en una casa desconocida y buscas los restos de otra época. Todas las casas mantienen esos restos. La mayoría contenían grabaciones televisivas o bodas, banquetes y comuniones. Otras eran originales adquiridas en centros comerciales a precios abusivos o rescatadas del videoclub por un alquiler ya amortizado. Llegó otro soporte, luego otro, y luego llegó otra forma de consumir que dejó cualquier formato físico como recuerdo de otros tiempos. Entras en una casa desconocida y buscas los restos de otra época. Se esconde entre libros, se asoma por aquella estantería. La cinta VHS, el fósil analógico que encuentras en todos los comedores. Luego llega el coleccionismo, que es la única manera de viajar en el tiempo y retroceder hasta aquella misma sensación. La de un reproductor de vídeo, la de una carátula idolatrada o la de un mecanismo que fractura el metraje. Todo eso y mucho más en un insólito mediometraje que no podía ir firmado por otro que no fuera Naxo Fiol. Asfixiantemente emotivo.
The VHS Monster (2012).
7 de abril de 2013
Cosas que importan
"Godard era un personaje muy complejo, igual que Truffaut, gran amigo suyo, y que en principio parecía una persona mucho más sencilla" (La escritora vivió la primera disputa de ambos cuando Godard quiso boicotear el festival de Aviñón y no logró el apoyo de Truffaut. La ruptura definitiva se produjo con La noche americana). "Godard le mandó a Truffaut una carta estúpida de una violencia inaudita. ¡Además le reprochaba que se hubiera liado con Jacqueline Bisset!".
Se lo cuenta Anne Wiazemsky (ex mujer de Godard) a Helena Hevia (El Periodico).
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