Lo de los alienígenas desfilando por el desierto tiene su encanto, pero nada comparado con el magnetismo que desprende la marciana Barbara Rush. El bueno de Richard Carlson lo puede corroborar. Aunque lo mejor de It came from outer space (1953) es la breve aparición de Kathleen Hughes, esposa de uno de los desparecidos que no parece lamentar demasiado la ausencia de su marido. Breve femme fatale a la que bastan unos segundos para insinuarse a nuestro sufrido protagonista. No hay duda. Jack Arnold sabía del tema. De todos los temas.