La comedia proviene de su punto de partida: Un agente del FBI se hace pasar por productor para pillar a un mafioso relacionado con el cine. Para conseguir verosimilitud contactará con un aspirante a realizador ilusionado con debutar con su maldito guión. La tragedia, o mejor dicho, el drama también proviene del punto de partida. La historia es real, y aunque, como buena comedia, este Last Shot (2004) exagera las situaciones hasta el absurdo, resulta verdaderamente triste pasarse por los extras del film y escuchar al verdadero director-timado. Eso sí, el cameo de Joan Cusack y el gag del perro en el jacuzzi son geniales.