“El español cuando cree que envidia, no envidia. El que envidia es que quiere hacer aquello que ha hecho ese señor. Quiere, por ejemplo, escribir las 1.200 páginas que tiene El Quijote. Y eso, lo que nosotros llamamos un envidioso, no. Es un señor que dice -A mi El Quijote...lo he leído, no es para tanto lo que dicen, he leído 20 o 30 páginas y yo no le veo nada- Eso no es envidia, eso es desprecio. Y el desprecio, si veo yo, que es un sentimiento muy extendido en la sociedad española. Desprecio hacia el que no vale nada, es natural…pero aquí es que es desprecio incluso a la excelencia, (como lo llamarían algunos escritores) el desprecio hacia la excelencia está muy extendido. Y ese deseo, de el que es digno de admiración, por ejemplo…el futbolista Raúl, ese deseo de “a ver si falla, cuatro años ya, a ver si ya…¿no hay nada más que Raúl?”, pues ese deseo, no noto yo que esté promovido por la envidia, porque envidia es querer ser cómo Cervantes, ponerse de codos y escribir, en una sola de sus novelas, las 1.200 páginas. En eso el español no es envidioso. Yo creo que el pecado (por llamarlo de alguna manera) que más puede definir al común de los españoles es el desprecio”
Fernando Fernán Gómez
La silla de Fernando (Luís Alegre y David Trueba, 2006)
Fernando Fernán Gómez
La silla de Fernando (Luís Alegre y David Trueba, 2006)