Iba a soltar varias sandeces sobre Coppola. Y en realidad sólo quiero que conste una cosa: Tucker: un hombre y su sueño (1988) es maravillosa. Desde siempre y ahora incluso más. Jeff Bridges nunca estuvo mejor. Un juicio nunca fue tan dinámico. La búsqueda de un sueño subrayada por la música de Joe Jackson. Pelos de punta. Rubor adolescente. Los primeros temas definen el carácter entusiasta de Preston Tucker. Pronto llegan las complicaciones. Pronto llegan los mezquinos de siempre. Y llega el juicio. Llega Martin Landau. Un buen amigo avergonzado. Y aparece el tema The Trial durante siete minutos. Rubor adolescente durante siete minutos. ¿Cuantas noches estuve escuchando este tema?. Muchas. Y termina el juicio de Tucker. Y el mío también. Y llegan las neveras. Y no sé si he dicho lo maravillosa que es Tucker: un hombre y su sueño. Dejo constancia.