
“La envidia profesional me parece detestable. Para no ser odiosa, la envidia debería llegar al extremo del homicidio. Si son ustedes unos cineastas amargados y el éxito de Mike Nichols (El Graduado), su talento, su juventud y su fortuna les molestan, entonces deberían coger un fusil y matarle, eliminarlo físicamente. Si no tienen el valor de hacerlo, su envidia es lamentable, sórdida, los convierte en unos miserables y sólo tienen una solución: aceptar la existencia de Mike Nichols, su colega.”