Tras la pequeña frustración que supuso “Pozos de Ambición”, me daba miedo este ultimo film de los hermanos Coen. Miedo por dos razones. Sus últimas películas habían sido algo flojas, aunque siempre correctas e interesantes. Pero había cierta decepción disfrazada de aceptación. El otro motivo de temor era la ecuación cinéfila que había en el aire: Sangre Fácil + Fargo = No es país para viejos. La suma en sí era atractiva pero no dejaba de ser motivo de alerta. La idea de ver un cóctel de Coen no era demasiado alentador. Sonaba a pereza. Pero como siempre, hay que ver la película para opinar. Lo resumiré así: Normalmente destaco los 5 mejores puntos de una película pero esta vez no puedo. Me faltan puntos, muchos puntos. Necesitaría miles de puntos para destacar lo buena que es “No es país para viejos” y no me da la gana destripar nada de este cojonudo film. Pero hay que destacar algo sobre la anterior suma. Persecuciones nocturnas, coches que se acercan y oscuridad en habitaciones. Estos son los paralelismos con “Sangre Fácil (1985)”. Maletín con dinero, policías campechanos y muchos cadáveres son los paralelismos con “Fargo (1996)”. Ethan y Joen Coen recuerdan la energía de sus mejores películas y crean una obra brutal, frenética y silenciosa. Violenta y hermosa. Los más afortunados serán los que no hayan visto nada de estos hermanos, porqué sin los (inofensivos) dejavus de sus otras películas, este “No es país para viejos” todavía les parecerá mejor. Sobre el asesino Bardem ya está todo dicho: se come la pantalla, la película y todos los mortales que encuentra en su camino. Tras algunos infectos años, resulta sorprendente que este año los Oscar hayan hecho diana. Realmente es la mejor película del año. ¿Y los Hermanos Coen? Nunca han dirigido mejor. Amén.