Se ha escrito mucho sobre el cine de los años 70. El mejor resumen quizá se encuentra en el libro de Peter Biskin “Moteros Tranquilos, Toros Salvajes”. En este libro se nos relata las vivencias de algunos de los cineastas que revolucionaron esa época. Estaba el gran Francis Ford Coppola que se añadió el Ford del apellido en homenaje a John Ford. Un nervioso Scorsese nos enseñaba su “Taxi Driver”, mientras el irreverente William Friedklin triunfaba con su “French Connection”. El casi siempre brillante Brian de Palma hacia sus homenajes a Hitchcock y aprendió a ser el mejor planificador de secuencias, mientras Spielberg y Lucas pensaron que el público necesitaba un cambio de aires y empezaron a crear lo que hoy que se llaman blockbusters (grandes éxitos de táquilla). La mayoría de los citados se reunió y formaron la famosa “The Directors Company”, una compañía en la que el director empezaba a tener el gran poder. Hubo muchos cambios en aquella época y se empezó a hacer un cine diferente. Como ya sabréis la cosa no duró. Salvo los casos de Lucas y Spielberg, la mayoría no pudo mantener ese ritmo e incluso Michael Cimino se cargó a todo un estudio con su fracaso de “La puerta hacia al Cielo”.Uno de esos cineastas nunca cambió el chip hacia el nuevo blogbuster y mantuvo su admiración por los clásicos: su nombre era Peter Bogdanovich. Tras un primer film a manos de Roger Corman, rodó su particular homenaje a su idolatrado John Ford y le salió “The Last picture Show” (La última película). Bonito y nostálgico film sobre las correrías adolescentes con una jovencísima Cybil Sheperd. El homenaje a la screwball (comedia de enredo) llegó con “Que me pasa, Doctor?, una divertida comedia que seguía la línea de su admirado Howard Hawks. Un año después, Ryan O’Neal y su hija Tatum O’Neal rodaron con Bogdanovich “Paper Moon” (Luna de Papel) una de sus mejores películas. Con una fotografía increíble del maestro Lazlo Kovacs, el film nos cuenta como un timador de poca monta debe hacerse cargo de una niña que acaba de quedar huérfana. Con 8 años, Tatum O’Neal ganó un Oscar a la mejor interpretación y sigue siendo la actriz más joven en ganar el premio. El film fue pionero en la estructura “viaje con niño a la fuerza” (años después Eastwood lo vuelve a hacer en “Un mundo perfecto”) y nos cuenta las aventuras de un adulto y una niña que deberán superar mil imprevistos en una América de los años 30, al tiempo que se empiezan a hacer inseparables. Vista 30 años después y a pesar de estar rodada en los 70, “Paper Moon” se conserva hoy como un gran clásico. Este film es para la nueva generación lo que el cine de Howard Hawks fue para Bogdanovich. A pesar de una trayectoria donde no ha vuelto a levantar cabeza, saludamos a este gran amante de los clásicos que al menos rodó una joya en los años 90: “Noises Off” (Que ruina de función).