
La otra tarde miro
Ostia (1991), el corto que recrea las últimas horas en vida del maestro. Y me despisto durante unos minutos al contemplar un Alfa Romeo Spirit rojo como protagonista de su trágica muerte.
Pasolini conducía un automóvil de esa marca pero era un Alfa Romeo Giuletta 2000 GT. Aunque la licencia del director
Julian Cole me recuerda aquel estupendo Alfa Romeo GTV que aparecía en la cachonda
Octopussy (1983), debidamente amaestrado por el gran
Rémy Julienne. Ahora sí.