Jonathan Demme dirige a Anthony Hopkins en El silencio
de los corderos (1991).
Después de desayunar, concretamente a las 09:05, un
director ultima los detalles para hacer célebre a un psicokiller. La otra
opción sería a las nueve de la noche, pero preferimos creer que los productores
respetan la jornada laboral. El doctor Lecter no tiene pinta de simpatizar con
las horas extras.