Teniente Corrupto (1992), de Abel Ferrara es una película clave. Me hubiera gustado que La última tentación de Cristo (1988) se pareciera a esta película. Pero no conseguí obtener ciertas cosas, sin duda porque yo trataba directamente la imagen de Cristo. El papel de Harvey Keitel en Teniente Corrupto representa lo que ha buscado toda su vida. Él y yo intentamos buscar en esta dirección por medio de las películas que rodamos juntos. Lo que yo quería alcanzar con La última tentación de Cristo, Ferrara y él lo han conseguido, en particular en la secuencia de la confrontación con Jesús en la iglesia. No sólo por lo que hay de inmediatamente en esta escena, sino por ese momento en él llora mientras repite que es “malo”. El final es magnífico, con el muchacho que huye y el disparo dentro del coche. Es una película excepcional, extraordinaria, aunque no guste a todo el mundo. Lo que más me seduce de Teniente Corrupto es el tema, y el estilo directo. Una escena: Keitel está con dos chicas, se oye la música. En el plano siguiente, está desnudo, como en trance. Luego, pasa directamente a otra escena. ¡No se necesita estilo cuando se tiene esto!. Es tan fuerte que el estilo es inútil. Otro ejemplo: la escena en la que él se chuta con una chica, que es claramente una yonki. No se necesita nada más. Si uno se atreve, hay que seguir al personaje hasta la noche. Ésta es para mí una de las mejores películas que se han hecho sobre la redención…hasta donde está uno dispuesto a descender para encontrarla”.
Martin Scorsese (Mis placeres de cinéfilo) Ed.Paidós
Martin Scorsese (Mis placeres de cinéfilo) Ed.Paidós