10 de enero de 2009

Sam Peckinpah y Steve McQueen

Robert Evans dijo: -Te doy mi palabra de que, si la próxima película que diriges es La Huida, después haremos El emperador del Norte. Accedí a hacer La Huida. Poco después recibí una puta carta rechazándome como director para El emperador del Norte. Y encima, los jefazos de la Paramount decidieron no hacer La Huida (1972), así que me quedé fuera de las dos películas. Fue increíble. Afortunadamente, Steve McQueen se cabreó con aquella gilipollez y la hicimos con su compañía First Artists.”

Tras una broma de Steve McQueen a Peckinpah: “Había un agujero en el que Al Lettieri (Rudy) se cae cuando Steve le dispara. Yo estaba muy enfadado así que empujé a Steve. Entonces le empujé otra vez, y el se cayó de espaldas en el agujero, todavía riendo. Entonces pensé que seria la ultima vez que podría empujarle, porqué después de aquello él saldría de allí y me metería los dos brazos por la garganta para que la próxima vez que me picase el culo tuviera que rascármelo desde dentro. Pero en lugar de eso, volvió a salir, riéndose todavía más, porque ahora sí que me había pillado. No tenía que demostrar nada. Podía partirme en dos y volver a unir los trozos. Él lo sabía, y yo también. Había hecho todo lo que podía y ni siquiera lo había desconcertado.”

Además de ser un gran actor, Steve McQueen tenía una gran imaginación. Se ganó el respeto de Peckinpah al sugerir la escena en la que Doc acorrala a dos policías después de destruir literalmente su coche patrulla con una escopeta: “Aquel plano fue todo idea de McQueen. Me dijo lo que quería hacer, y a mi me pareció una idea fantástica. Steve se manejaba muy bien con el atrezzo. Hacia suyo cada objeto, como si lo conociese de toda la vida. En pantalla hacía que sus personajes fueran de lo más creíbles.”

Sam Peckinpah: Vida Salvaje (Garner Simmons)