Volvemos al videoclub. Entre hostia y hostia, el dúo Spencer-Hill se separaba y cada uno protagonizaba en solitario algún título. El bueno de Bud protagonizó la lacrimógena y cursi a rabiar El sheriff y el pequeño extraterrestre (1979) así como las paridosas Banana Joe (1981) y Aladino (1986). Su colega Terence Hill no se quedó atrás y se reunió de nuevo con Sergio Corbucci para protagonizar un film delirante hasta extremos insospechados. No puedo sino escribir desde un profundo e irracional afecto hacia el Poliziotto superpiù, Super Fuzz, Super Snooper…que entre nosotros se llamó El Superpoderoso (1980). Lo mejor es su planteamiento: El policía Dave Speed viaja en canoa hasta una reserva India para entregar una multa. Cerca de la reserva, un misil explota y las radiaciones dan por muerto al policía. Pero no sólo no muere sino que adquiere unos superpoderes que usará para luchar contra una banda de falsificadores. Nuestro superpoderoso adelanta coches, sube escaleras velozmente y detiene balas con los dientes. Pero ahhhh...en ocasiones su poder queda anulado sin conocer el motivo. Superman se debilita ante la kriptonita y el Superpoderoso se cancela ante… (ahhh, hay que verla).
Lo más sorprendente del film es la insólita buddy-movie creada entre Terence Hill y su compañero, el mítico y (casi) siempre cabreado Ernest Borgnine. No sabemos como llegó a parar Borgnine en el film pero le suponemos todo tipo de deudas pagadas con este delirio. El final, con el enorme chicle usado como globo, no puede describirse con palabras. Pero lo mejor, quiero decir lo mejor de lo mejor, es la pegadiza coletilla que suena cada vez que aparece un superpoder: Super, Super…Super, Super Snooper