1) Vértigo (1958): Sabiendo de su mal, al pobre James Stewart no se le ocurre otra cosa que subir a un campanario. No mires abajo. Los peldaños de la escalera tampoco ayudarán mucho. Y encima por partida doble. 2) Los intocables de Elliot Ness (1987): De Palma saquea El Acorazado de Potemkin (1925) y rueda una secuencia entre ridícula y magistral. Me quedo con la parte magistral. 3) Lolita’s (1962-1997): Antes de su excursión, la pícara adolescente sube las escaleras y besa a Humbert Humbert. Tanto Kubrick como Adrian Lyne filman la escalera como elemento imborrable de una trama que desencadenará todo tipo de pasiones. 4) Herida (1992): La tragedia sorprende a Jeremy Irons. Nadie ha bajado unas escaleras con tanta rapidez ni tanta culpa. Y lo hace completamente desnudo.