Tras el Dr.Slump y la Srta.Yamabuki, Akira Toriyama seguía más salido que el pico de una mesa y buscó un equivalente erótico-obsesivo en su nuevo cómic. Mucho antes de la etapa-malotes-destruye-planetas, Dragon Ball (1984) presentaba sus personajes más inseguros, más pervertidos y más humanos. La pauta de la primera etapa se basaba en el poder erótico de Bulma y los constantes desangramientos de El Follet Tortuga. La serie de animación nunca adaptó estas escenas, o al menos la versión que hemos visto, y muchos de estos instantes de substituyeron por elipsis, cambios de ángulo y en ocasiones cortes directos que hacían incomprensibles las reacciones posteriores.