En 1974, Ed DiGiulio, que había fabricado la lentes para Barry Lyndon, envió a Kubrick una bobina de 35 mm de muestra de la recién inventada steadycam, de Garret Brown, un arnés de cámara giroestabilizado que permitía al cámara andar, correr e incluso subir escaleras manteniendo estable como una roca la imagen. Kubrick mandó un télex a DiGiulio:
“La bobina de muestra del misterioso estabilizador manual era espectacular y puedes contar conmigo como cliente. Puede revolucionar el modo en que se ruedan las películas. Si te preocupa realmente proteger el diseño antes de que la patentes del todo, te sugiero que borres dos ocasiones en la bobina en la que una sombra sobre el suelo da al hábil interpretador contraespía de fotos una idea bastante clara de un hombre sosteniendo un poste con una mano y algo en el extremo del poste que parece estar moviéndose lentamente. Pero mis labios están sellados. Tengo una pregunta. ¿Hay una altura mínima a la que pueda utilizarse?.”
Rodando El Resplandor: Acostumbrado a utilizar él mismo la cámara, Kubrick tenía la costumbre cuando trabajaba con Garret Brown, de agarrar la correa y tirar de ella diciendo: Un poquito a la derecha. En situaciones semejantes el sistema funcionaba mal, estropeando la toma. Brown se lo advirtió a Kubrick pero él no lo tuvo en cuenta. Así que por consejo de Doug Milsome, que conocía los intríngulis de un equipo de Kubrick, Brown organizó una conversación falsa que pudiese oír Vivian (hija de Kubrick), con la que podía contar para que fuese con el cuento a Kubrick.
-¿Es cierto-preguntó Milsome a Brown, tras asegurarse que Vivian andaba cerca- que tumbaste a Sylvester Stallone?
-Sí-dijo el musculoso Brown, que era muy alto-Le daba por agarrar el mástil de la steadycam y me empujaba a un lado y a otro. Y un día le dije: -Como lo vuelvas a hacer, Sly, te tumbo-. Lo hizo al día siguiente y le di un puñetazo que se cayó al suelo.
Al día siguiente, Brown y Milsome observaron divertidos como cómo la mano de Kubrick se extendía para agarrar al correa y rápidamente retrocedía. -Esto…¿podrías moverte un poquito hacía la izquierda?-dijo un poco dubitativo.
“La bobina de muestra del misterioso estabilizador manual era espectacular y puedes contar conmigo como cliente. Puede revolucionar el modo en que se ruedan las películas. Si te preocupa realmente proteger el diseño antes de que la patentes del todo, te sugiero que borres dos ocasiones en la bobina en la que una sombra sobre el suelo da al hábil interpretador contraespía de fotos una idea bastante clara de un hombre sosteniendo un poste con una mano y algo en el extremo del poste que parece estar moviéndose lentamente. Pero mis labios están sellados. Tengo una pregunta. ¿Hay una altura mínima a la que pueda utilizarse?.”
Rodando El Resplandor: Acostumbrado a utilizar él mismo la cámara, Kubrick tenía la costumbre cuando trabajaba con Garret Brown, de agarrar la correa y tirar de ella diciendo: Un poquito a la derecha. En situaciones semejantes el sistema funcionaba mal, estropeando la toma. Brown se lo advirtió a Kubrick pero él no lo tuvo en cuenta. Así que por consejo de Doug Milsome, que conocía los intríngulis de un equipo de Kubrick, Brown organizó una conversación falsa que pudiese oír Vivian (hija de Kubrick), con la que podía contar para que fuese con el cuento a Kubrick.
-¿Es cierto-preguntó Milsome a Brown, tras asegurarse que Vivian andaba cerca- que tumbaste a Sylvester Stallone?
-Sí-dijo el musculoso Brown, que era muy alto-Le daba por agarrar el mástil de la steadycam y me empujaba a un lado y a otro. Y un día le dije: -Como lo vuelvas a hacer, Sly, te tumbo-. Lo hizo al día siguiente y le di un puñetazo que se cayó al suelo.
Al día siguiente, Brown y Milsome observaron divertidos como cómo la mano de Kubrick se extendía para agarrar al correa y rápidamente retrocedía. -Esto…¿podrías moverte un poquito hacía la izquierda?-dijo un poco dubitativo.
Extracto de Stanley Kubrick: Una biografía (John Baxter)