Tal y como dice el legendario Robert Crumb: “Es un auténtico capullo, pero hace unos tebeos cojonudos”. Se refiere a Joe Matt, el autor de este “Pobre Cabrón” y desde luego tiene razón. Si la mitad de lo que cuenta en este cómic es cierto podemos afirmar que realmente es un capullo. ¿Aunque quien no lo es realmente?. Durante 174 paginas se nos narra las manías del propio Joe, un antiguo coloreador de comics americanos, que decide plasmar sus vivencias a 6 viñetas por páginas. Tal y como nos resume "Ediciones La cúpula":
“Las constantes disputas con su pareja, la insaciable afición a la pornografía, la tacañería y la falta de tacto son sólo algunos de los problemas con los que tiene que lidiar este Pobre cabrón. Problemas que en ocasiones se parecen sospechosamente a los nuestros, sólo que él los ventila en público, permitiéndonos que nos acerquemos un poco más a él... tal vez incluso demasiado”.
A pesar de sus neuras, a pesar de que le darías de hostias cada tres páginas, a pesar de todo, te acabas encariñando con este joven Woody Allen. Sus neuras y miserias te ponen en guardia y piensas: “Joder, espero no haberme comportado nunca así”. Así que en realidad este cómic también resulta terapéutico. Repleto de secundarios fantásticos como su compañero de piso o sus ancianos vecinos, destacan sus diálogos y el uso de la elipsis como principal gag narrativo. Muy buen cómic de Joe Matt aunque en ocasiones te saque de quicio. Y siempre nos queda la duda, ¿Realmente el autor se retrata tal y como es?.
“Las constantes disputas con su pareja, la insaciable afición a la pornografía, la tacañería y la falta de tacto son sólo algunos de los problemas con los que tiene que lidiar este Pobre cabrón. Problemas que en ocasiones se parecen sospechosamente a los nuestros, sólo que él los ventila en público, permitiéndonos que nos acerquemos un poco más a él... tal vez incluso demasiado”.
A pesar de sus neuras, a pesar de que le darías de hostias cada tres páginas, a pesar de todo, te acabas encariñando con este joven Woody Allen. Sus neuras y miserias te ponen en guardia y piensas: “Joder, espero no haberme comportado nunca así”. Así que en realidad este cómic también resulta terapéutico. Repleto de secundarios fantásticos como su compañero de piso o sus ancianos vecinos, destacan sus diálogos y el uso de la elipsis como principal gag narrativo. Muy buen cómic de Joe Matt aunque en ocasiones te saque de quicio. Y siempre nos queda la duda, ¿Realmente el autor se retrata tal y como es?.