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“Las constantes disputas con su pareja, la insaciable afición a la pornografía, la tacañería y la falta de tacto son sólo algunos de los problemas con los que tiene que lidiar este Pobre cabrón. Problemas que en ocasiones se parecen sospechosamente a los nuestros, sólo que él los ventila en público, permitiéndonos que nos acerquemos un poco más a él... tal vez incluso demasiado”.
A pesar de sus neuras, a pesar de que le darías de hostias cada tres páginas, a pesar de todo, te acabas encariñando con este joven Woody Allen. Sus neuras y miserias te ponen en guardia y piensas: “Joder, espero no haberme comportado nunca así”. Así que en realidad este cómic también resulta terapéutico. Repleto de secundarios fantásticos como su compañero de piso o sus ancianos vecinos, destacan sus diálogos y el uso de la elipsis como principal gag narrativo. Muy buen cómic de Joe Matt aunque en ocasiones te saque de quicio. Y siempre nos queda la duda, ¿Realmente el autor se retrata tal y como es?.