Cuando vi “Irreversible” me llamó especialmente la atención la escena inicial donde dos extraños hombres comparten cama. Uno de ellos (Philippe Nahon) explica que fue encarcelado por acostarse con su hija. Alertados por el ruido de la policía, los dos tipos dejan de hablar y la cámara de Gaspar Noé inicia la terrible historia de “Irreversible” que muchos ya conocéis. Siempre me quedó la duda de que coño pintaba la escena inicial con esos dos tíos hablando hasta que averigüé que eran personajes de la anterior película de Gaspar Noé titulada “Seul contre tous” (Solo contra todos). Si “Irreversible” me pareció una magnifica muestra de un cine radical, valiente, algo pedante y contundente, todavía me ha dejado más atónito la opera prima de Noé. Una vez más, el film empieza de una forma extraordinaria, con unos constantes efectos de audio que aturden cada treinta segundos, y rápidamente se nos cuenta en un extraño resumen la triste y dura historia del carnicero protagonista (acojonante Philippe Nahon). Este resumen tiene su motivo. Todo lo que se cuenta pertenece al anterior trabajo de Noé: el mediometraje “Carne” protagonizado por los mismos personajes de “Solo contra todos”. Por lo tanto nos damos cuenta de que en realidad estamos viendo una secuela de ese mediometraje. Atrapados por la poderosa y destructiva voz del carnicero, el film recuerda por momentos al “Taxi Driver” de Scorsese aunque el sello de Noé se perfila en momentos tan tensos como en los que un cartel nos indica que “Tiene usted 30 segundos para abandonar la sala!”. Lo que ocurre después es uno de los descensos al infierno más grandes que se han visto desde el “Teniente Corrupto” de Abel Ferrara, otro radical del cine aunque en horas bajas. Como detalle curioso destacar mi sorpresa al comprobar que el protagonista Philippe Nahon era el brutal asesino de “Alta Tensión”, aquel gran film de Alexandre Aja.