A los veintipocos hice un voluntario stop ante Ingmar Bergman y el Woody Allen más Bergmaniano. Me reservaba sus obras para un futuro más adulto, a sabiendas de que los temas tratados podrían ser visualizados y disfrutados pero desde luego nunca asimilados por un chaval de esa edad. Muchísimos años después del parón, y en pleno chute Cassavetes, recupero una maravilla protagonizada por Gena Rowlands, fotografiada por Sven Nykvist y con la Gymnopedie No.3 de Erik Satie sonando por los sitios. Y lo mejor de todo es que Mia Farrow sale poco.
Otra mujer (Woody Allen, 1988).