5 de diciembre de 2012

Veinte años en veinte minutos

No debe ser casual que la escena más emotiva de la cinta sea el reencuentro entre una mujer de pelo corto y un hombre de pelo canoso. No debe ser casual el símil con aquella pareja cinematográfica-sentimental que formaron Juliette Binoche y Leos Carax. No debe ser casual que el Who Were We? se repita durante toda la escena. No deben ser casuales los años que separan Los amantes del Pont-Neuf (1991) de Holy Motors (2012). No debe ser casual que el personaje de Kylie Minogue tome una dramática decisión con el Pont-Neuf de fondo. No debe ser casual aquel inicio con el propio Carax despertando de un retiro de miseria y droga. No debe ser casual que accedamos a este simulacro que sólo su dedo-llave puede abrir. Y tampoco debe ser casual que este Otto e mezzo irrite tanto a unos y fascine tanto a otros.