El primer corto de Ridley Scott utilizaba una permanente voz en Off, colaba algunos encuadres enfáticos y venía interpretado por su hermano pequeño. Un chaval decide faltar a clase, coge su bicicleta, pasea por el mar y topa con una imagen que recordará toda la vida. Me gusta especialmente cuando un Tony Scott de 16 años se auto propone una idea: -Cuando tenga 80 años, recordaré este instante. Recordaré que dije que lo recordaría y todo será como ayer.
Boy and Bicycle (Ridley Scott, 1965).