Siguen las señales. Referencias a Audrey II por doquier y una de las puestas en escena más deslumbrantes que he visto nunca. Flashback a un lejano sábado de madrugada: Entre teletiendas y porno de tele local te topas con créditos de Rick Moranis y Steve Martin. La curiosidad decide por ti y caes de lleno en el Da-Doo. Te enamoras de la Audrey original y naturalmente matarías al dentista y tiempo al tiempo. Y si ahora ya todo eso es un déjà vu de ese primer impacto, es curioso comprobar como toda aquella trama ya era un primer déjà vu de ciertas escenas adolescentes presenciadas con anterioridad. Afortunadamente, le temps detruit tout y ahora sólo permanece aquel increíble musical con letras de Howard Ashman y Alan Menken.
Y en lugar de añadir más palabrería sólo puedo y debo añadir un vídeo, el vídeo: Skid Row (Downtown).
Little Shop of Horrors (1986) del gran Frank Oz.