Los Límites del control (2009) viene a confirmar dos cosas: 1) Jarmusch no da el brazo a torcer y sigue rodando lo que quiere, cuando quiere y con quien quiere. Con un par y (de nuevo) con un protagonista con cara de palo topándose con misteriosos personajes. Una suma de sus Coffee and Cigarettes+ Broken Flowers se presenta atractiva si te parecen atractivos esos títulos por separado. Marchando dos expresos en tazas separadas. 2) Jarmusch se nos está convirtiendo en un viejo verde que no duda en sacar un desnudo a cuento de nada. Si en Broken Flowers (2005) nos mostraba a esa lolita del móvil en estos límites del control encontramos a Paz de Huerta (Enter the Void) paseándose con un revólver o plastificada con un vestido transparente. Siempre seguiremos a Jarmusch porque sí, porque nos ha dado mucho en el pasado y la deuda parece infinita, pero miedo nos da el síndrome Antonioni o Aranda. Contrólate Jim!.