15 de septiembre de 2009

Alien Resurrection (un texto a favor)

Hace una semana hubiera pontificado esto: Alien (1979) es la buena, Aliens, el regreso (1986) es la espectacular, Alien 3 (1992) es la rara y Alien Resurrection (1997) es la mala. Pero ahora, tras una revisión del último capítulo, no puedo calificar esa resurrección de mala y ni siquiera de prescindible. Porque si nos ponemos puristas cualquier secuela del original es prescindible e inútil. Por mi parte he intentado, aunque parezca imposible, revisionar cada secuela de forma única. Dando por conocido lo que se va a ver. Pero valorando siempre el trabajo realizado, no buscando aquello que se hubiera deseado. Porque si nos ponemos de nuevo puristas el esquema de sus secuelas es básicamente el de sobrevivir al Alien. Eso sí, durante el viaje asistiremos a una continua masacre de humanos a manos de la grapadora del mencionado bicho. Con mayor o menor maestría, ya sea por Cameron, por Fincher o por Jeunet. Aunque esta cuarta parte siempre ha tenido pésimas críticas y peores recuerdos. Como si el film del francés no tuviera una realización impecable y espectacular. Como si no tuviera buenos momentos de acción y suspense. Como si los anteriores capítulos no fueran meros encargos para reventar taquillas y videoclubs. Como si el trabajo de Jeunet no tuviera ningún valor y fuera ridículo y fácilmente despreciable. Una capa de desprecio ha cubierto para siempre esta resurrección cuando en realidad el sentimiento general era de cansancio hacia otro capítulo de bicho cabreado. Pero dado que nadie nos pregunta por el número de secuelas que estamos dispuestos a soportar, valoremos el trabajo del francés aunque prefiramos sus delicatessen o sus posteriores cuentos de bondad. Y Jean-Pierre Jeunet es sinónimo de dinamismo, de encuadres enfáticos y montajes vibrantes. De cine en las venas y por las venas. Aunque a veces olvido que todo eso nunca podrá contra un sencillo prejuicio. Cuando no es otra cosa. Eso sí, el bicho final de Alien Resurrection sigue siendo una gran cagada. Disfrutemos de todo lo demás. Y dentro de lo demás hay secuencias magnificas. Podría ser un montaje pirotécnico como el de la trampa acuática pero no va a ser el caso. Uno de los mejores momentos incluye a Purvis (Leland Orser), un pobre desgraciado al que nuestra clonada Ripley le resume la situación:

“Tienes un monstruo en el pecho. Estos tíos secuestraron tu nave y vendieron tu criotubo a este…humano. Y él te metió un Alien dentro. En unas horas, te reventará la caja torácica y morirás. ¿Alguna pregunta?.