Hay canciones que son imposibles de separar de una escena. No importa quien la utilizó antes. La canción se puede pasear por varias películas pero hay un momento en que se detiene y se planta. El rey de esas relaciones es Scorsese. No puedo escuchar The house of rising Sun (The Animals) sin recordar la masacre final de Casino (1995). Como tampoco puedo escuchar It's Now Or Never de Elvis sin recordar a Pablo Pinedo en El Secledto de la Tlompleta (Javier Fesser, 1995). Scorsese es el rey, pero Tarantino es el príncipe bastardo. Gérard Pirès tiene mucho valor al empezar su Taxi Express (1998) con el Misirlou de Pulp Fiction (1994). Valor, sentido del humor o inconsciencia.