Lo mejor de La presa (Souhtern Comfort, 1981) es que desconocía su existencia. Uno se topa con una película de Walter Hill y piensa: esto no puede ser malo. Walter es mucho Walter. Observo como siempre que se menciona La Presa enseguida sale la referencia a Deliverance (John Boorman, 1972). Voy a blasfemar un poco: La presa es mucho mejor que Deliverance. El film de Boorman es muy interesante y si quieres es referencial, pero me quedo con el brutal ritmo del manual de supervivencia que propone Walter Hill. De hecho, la única similitud entre los dos films es Powers Boothe, ese actor que parece que siempre está con un caramelo en la boca, y que rodó con Boorman una maravilla como La Selva Esmeralda (1985). El esquema de La Presa se basa en un grupo de soldados que deben sobrevivir a unos peligros que acechan el bosque. Algo así como la primera parte de Depredador (1987) pero sin alienigena. Tiene un inicio sencillo pero desde que ocurre un primer acontecimiento la película se transforma en un ejercicio de ritmo y estilo ejemplar. Lo mejor: la secuencia final. Progresión de ritmo y nervio narrativo impresionante. Es increíble como aguanta la tensión hasta el último segundo del film.