Yo estaba lleno de palabras, y seguían brotando, en buena forma. Tenía suerte. En el jacuzzi. Garganta irritada, dolor en la cabeza, pero tenía suerte. Viejo escritor en el jacuzzi, divagando.
Agradable, agradable. Pero el infierno está siempre ahí, esperando para desovillarse.
Mi gato rubio se me acercó y me miró mientras estaba en el agua. Nos miramos el uno al otro. Ambos los sabíamos todo y no sabíamos nada. Luego se marchó.
Charles Bukowski
El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco
Ilustrado por Robert Crumb