Tus compañeros de infancia te hablarán de Disney pero tú nunca verás ni una de esas cintas y con el tiempo y la distancia agradecerás que tus padres te priven de historias edulcoradas que embotan la mente y moldean estereotipos. En lugar de lindas princesas y apuestos príncipes, me toparé con un desquiciado Mickey Rourke discutiendo con la amargada de su mujer en un ambiente de hostilidad y pre-divorcio que ya de niño asimilaré como necesario peldaño final antes del definitivo final. Apuñalarán a un jefe de la mafia y se liará un violento pitote callejero retransmitido por Tracy Tzu, una bellísima reportera con el rostro de la modelo Ariane Kouzumi, que aquí aparece en los créditos con el escueto y sensual Ariane. Tras un glorioso monologo sobre prejuicios y pulsiones, el policía desquiciado se encamará con la reportera de pelo corto en un ático deluxe, pero con el paso de los años seguiré recordando la última discusión matrimonial y el posterior asesinato de la amargada mujer, que seguramente es uno de los personajes más afligidos que habré visto en la ficción. A todo esto leo que al film le llovieron cinco nominaciones a los Razzie en un año en que la vigorosa Rambo II (1985) arrasó con todos los premios a lo más peor del año. Lo que nos confirma que no existe la realidad sino las diferentes reacciones ante un suceso concreto y tanto la cinta de Pan Cosmatos como este Cimino se conservan como deslumbrantes fuegos artificiales. Pero si te vas a poner tonto no enciendas la mecha.
Manhattan Sur (Michael Cimino, 1985).