Aquel puente, aquel río, aquel escritor en bicicleta, aquel dibujante con walkman y varios elementos dramáticos de una trama real que sólo cuatro personas en este planeta podrían reconstruir. Otro incomprensible texto comprensiblemente disimulado por torpes palabras y un link a una canción.
Historias de Taberna Galáctica (Josep Maria Beà, 1981).