15 de abril de 2013

Light of my life

Antes de que Gaspar Noé nos deslumbrará con los encuentros fluorescentes de Enter the Void (2009), un grupo de adolescentes quedaban alucinados con aquella historia de demonios violadores que pululaban por un instituto. Se trazaron horarios estratégicos en los comedores familiares para esquivar a las madres, se visionó a trozos, se visionó a escondidas, se compartieron los detalles y se convirtió en una bala retenida en la cabeza antes de que los años tristes empezaran. Después las hormonas se ordenaron, los empleos se perdieron y las imágenes se olvidaron. Hasta el siguiente fogonazo. 

Urotsukidôji: La leyenda del señor del mal (1989).