Si la propia película ya te deja un mal sabor de boca importante, el saber que el niño protagonista (Fernando Ramos Da Silva) fue asesinado a los 19 años por unos policías corruptos hace que la cinta de Héctor Babenco quede retenida temporalmente en el pódium del mal rollo fílmico y de paso se una al grupo de chavales-delincuentes formado por La virgen de los Sicarios (1999) y Ciudad de Dios (2002). Al parecer Spike Lee y Harmony Korine la citan como una de sus películas favoritas. Sí, el Pixote (1981) de la cinta podría quedar con el chaval de Gummo (1997) para hablar de sus cosas. A su lado el Antoine Doinel de Truffaut es un pijo.