Para filmar Aguirre, la cólera de Dios (1972), Werner Herzog utilizó una cámara que había robado de la Escuela de Cine de Múnich: "Era una simple cámara de 35mm que ya había utilizado en muchas otras películas, así que no lo considero un robo. Para mí era realmente una necesidad. Tenía una especie de derecho natural para utilizar esa herramienta. Si necesitas aire para respirar y estás encerrado en una habitación, tienes que coger un martillo y un cincel y romper la pared. Es tu derecho”.