El primer gran impacto de infancia serán las carátulas de James Bond que observaré en un lugar llamado videoclub, aunque el impacto definitivo llegará con las cajas de Scalextric ilustradas por el gran Lluís Bargalló. El circuito real nunca estará a la altura del deslumbrante exterior trazado por Bargalló pero, parafraseando al Will More de Arrebato (1979), ¿Cuánto tiempo te podías pasar mirando aquellos coches y sus infinitas aventuras? Años, siglos, toda una mañana, imposible saberlo. Estabas en plena fuga, en éxtasis, colgado en plena pausa, arrebatado.