Me topo con un chaval de once años al que sólo se le da bien la asignatura de plástica y leo el anunciado de un ejercicio: Observa al bañista ¿Qué está mirando? ¿Dónde se encuentra? Completa tú el dibujo. Y la primera pregunta se responde con una esclarecedora percepción del presente y de su inmediato futuro y la segunda pregunta se repetirá en bucle durante el fin de unos días que ya presagia el dibujo. Aunque el sobresaliente de la profesora será una bonita excepción que compensará la cosa durante unos minutos. Ya es algo.