Mediados de los años 50. Terminabas de ver aquel thriller francés y lo recomendabas a tus amigos. Pero no les destripabas el final a base de spoilers. El propio director te lo ha pedido en el rotulo final: “No sean diabólicas, no destruyan el interés que despierte en sus amigos el film. No les cuenten lo que han visto. Gracias de su parte".
Las Diabólicas (Henri-Georges Clouzot, 1955).