Me ocurre con El sexto sentido (1999). Me ocurre con La Huerfana (2009). Me ocurre con Shutter Island (2010). Parece que sus guiones estén construidos únicamente para llegar a ese final sorpresa. Y me veo frustrado durante todo el metraje ante algo que, sin ser nocivo, no me acaba de apasionar pero ahh…ese giro de trama hará que tengas que replantearte todo lo visionado. Y qué bien dicen algunos y qué bien encajan las piezas dicen los otros. Y que contento salimos del cine (si es que has ido), y que extraña satisfacción ante una respuesta irreversible que compensa todo lo anterior. Algo así como sacrificarse en vida para llegar a ese paraíso que nos habían prometido. O la promesa de orgasmo durante un polvo ruinoso. Pero a mí no me compensan los ochenta minutos previos antes de llegar a esa buena idea que Shyamalan, Scorsese o Collet Serra han estado ocultando. Ofréceme algo durante el camino. Ofréceme una apasionante trama y si quieres dame la hostia final para acabar de aturdirme. Ofréceme a Keyser Söze. Ofréceme a unos Sospechosos habituales (1995).