
Tras ver Fucking Amal (1998), Ingmar Bergman lo definió a usted como un maestro. Ciertos elogios pesan como una losa, ¿verdad?
-También dijo otra cosa sobre mí. Tras ver mi segunda película, Together (2000), dijo: «Está bien, pero no tanto como la primera, así que Moodysson tendrá que trabajar y trabajar». Es una de las cosas que más me ha inspirado como creador. Pero la perseverancia te chupa muchas energías.
Lukas Moodysson a Nando Salvà en El Periódico de Catalunya.